Mi acompañamiento en procesos de fertilidad: conexión, sanación y crecimiento personal
Mi acompañamiento a las personas que pasan por dificultades en los procesos de fertilidad no difiere mucho de mi acompañamiento a las personas que presentan dificultades psico-emocionales ante distintos tipos de duelos. Los conflictos internos son similares: negación, obsesión, frustración, culpa, soledad, incomprensión, aislamiento, evitación, afectación de distintas áreas de la vida (personal, familiar, relacional, profesional), tristeza, aceptación.
¿Cómo suelo acompañar?
Conociendo a la persona, su idiosincrasia, sus particularidades, sus virtudes y sus déficits.
Permitiendo que conozca cómo se siente estando en mi presencia y ante mi interés por ella.
Generando un vínculo de seguridad mutua y un espacio de respeto donde todo puede ser abordado.
Esta etapa puede durar unos meses. Los corazones necesitan sus tiempos para abrirse y dejarse tocar.
Aportando información valiosa a cerca del propio proceso de fertilidad, sus tiempos, sus opciones, sus pros y sus contras.
Visitando el impacto que hace en todas las áreas personales y relacionales que se ven afectadas.
Recogiendo las estrategias de afrontamiento ante otro tipo de duelos.
Abordando las dificultades existentes en el sistema familiar.
Esta etapa también puede durar varios meses. Sentir lo que sentimos, pensar lo que pensamos, a veces duele y lo evitamos, reprimimos o tapamos. No hay que apresurarse pues las defensas del yo están ahí por y para algo.
Acercándonos a la/s herida/s y atendiéndolas.
Llevando a la persona a ponerse en contacto con ella/s, experimentándola/s casi igual que siempre, pero ofreciendo una salida diferente para que generar liberación y re-decisión.
Soltando las conexiones que hay entre el presente dolor y otros dolores pasados.
Reconectando con la vida que es y que se tiene.
Los contenidos de esta etapa son, en general, desconocidos para la persona. Son profundos, arcaicos e inconscientes. Una sintonía exquisita con lo afectivo, con lo evolutivo, con el ritmo, es el requerimiento necesario para adentrarse en el dolor de las necesidades no satisfechas, no vistas, no comunicadas, que conectan el pasado y el presente y atrapan a la persona en un mar de dificultades. Es el arte de la psicoterapia y el coraje honesto de la persona los que nos llevan a buen puerto.