¿Quién soy?

Ahora todo es diferente, seré adulta.
¿Será que he descubierto la mentira?
Que todas esas chicas, todos esos chicos
Siguen preguntándose siempre lo mismo

¿Quién soy?
¿Quién soy?
¿Quién soy?

Extracto de la letra de la canción “¿Quién soy?” De Alice Wonder

¿Será que, como dice la canción, todos nos preguntamos quiénes somos, en un momento u otro? 

Lo cierto es que la propia identidad es un tema de interés recurrente y son muchas las personas que, en la psicoterapia, concluyen que su objetivo es llegar a saber quiénes son. Pero ¿cuán fácil es responder a esta pregunta? Son bastantes las personas que me dicen que no saben responderla, o que les cuesta definirse. Y es que la identidad personal es un constructo complejo de definir y de comprender y, simultáneamente, es lo que nos va a permitir conocernos a nosotros/as mismos/as, estar menos inseguros o preocupados, y establecer relaciones verdaderamente íntimas con otras personas.

¿Y cómo se forma la identidad? ¿Cómo llegamos a definir quiénes somos? ¿Cómo influyen las relaciones con los demás en la definición de nosotros mismos? Los días 21, 22 y 23 de octubre estaré participando en el XII Congreso de Apphat, en Alicante, llevando este tema como propuesta de taller práctico para aquellas personas que se inscriban. Pero hoy me voy a limitar a sólo algunas consideraciones en torno a la construcción de la identidad y a la dificultad en dar respuestas a la pregunta “quién soy”. 

La formación de la identidad individual es una tarea compleja y en gran medida no consciente, donde pasado y presente han de integrarse para poder mirar hacia el futuro. Es una tarea que resulta de dar sentido al continuo de experiencias corporales, sensoriales, cognitivas, afectivas, relacionales… que vivimos desde niños/as. Es una labor de largo recorrido, que se inicia desde la más tierna infancia (o incluso desde antes del nacimiento, como dicen algunos autores) y continúa a lo largo de toda la vida. No es un algo fijo, es un algo permanentemente en construcción que nos da, a su vez, la sensación de permanencia, continuidad, unicidad y singularidad. 

En la construcción de la identidad personal influyen, fundamentalmente, las figuras de apego principales (ya sean progenitores, tutores, abuelos…) con las que el niño/a se identificará; así como las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales con las que convive. Esto implica que la identidad no es sólo un proceso individual, sino que es también un proceso colectivo, pues surge de la interacción con el entorno.  Un entorno donde el sujeto, va generando los significados, conclusiones y creencias que irán conformando su identidad. Un entorno que le define y que le ayuda a definirse, pues el yo sólo es yo entre otros yos.

Otro factor decisivo en la formación de la identidad es la capacidad de reflexionar sobre el si mismo.  La acción de reflexionar sobre la narrativa con la que el sujeto es descrito y con la que se describe, sobre lo que se quiere mantener o lo que se desea modificar, sobre lo que se requiere eliminar y re-construir… es fundamental para integrar el pasado en el presente, y viceversa, y tener plena consciencia de quién se es. 

La identidad de la persona se manifiesta también en su corporalidad. El cuerpo permite interactuar con el entorno, experimentarlo a través de los sentidos, extraer de ahí los significados sobre lo que acontece, otorgando elementos para construir la identidad singular y diferenciada de los demás. 

Así que, la construcción del Yo es algo irregular, en constante evolución, individual pero a la vez colectivo, que nos proporciona la sensación de ser únicos y diferentes a los demás, pero a la vez concede el sentimiento de ser siempre quién se es a lo largo del tiempo. Con todo esto en juego, ¿cómo responder fácilmente a la pregunta “quién soy”? Verdaderamente, es una respuesta que requiere tiempo y profunda reflexión. ¿Qué tal sería, plantear esta pregunta de una forma más dinámica? Es decir ¿acaso no nos daría más acceso a las respuestas una pregunta del tipo “quién estoy siendo”? Podéis comprobar si esta pregunta os da acceso a más tipos de respuestas. Es fácil: primero pregúntate “¿quién soy?” y observa qué sientes, qué piensas y cómo lo piensas; después pregúntate “¿quién estoy siendo en estos momentos?” y observa qué sientes, qué piensas y cómo lo piensas. ¿En cuál de las dos aparecen respuestas más rápidamente? O simplemente ¿en cuál de las dos aparece algún tipo de respuesta?

Anterior
Anterior

Las personas con TDAH tienen el cerebro diferente

Siguiente
Siguiente

Hablemos de suicidio