¿Qué es la psicoterapia?
La psicoterapia integrativa, la psicoterapia que yo ejerzo, es un espacio para la transformación de tu ser.
Es un espacio privado donde te alejas de las demandas ordinarias, donde puedes atreverte a soltar lo que sabes y lo que crees saber, donde puedes dejar de usar las “máscaras” que empleas en el día a día y abrirte al poder de tu transformación.
Es un espacio de profunda seguridad emocional, donde puedes mostrar tu vulnerabilidad sabiendo que no vas a ser juzgado ni rechazado/a por ello. Es un espacio donde vas a ser aceptado seas como seas; donde no hay comportamientos patológicos sino estrategias creativas (que bien pueden ser disfuncionales a la larga) a las situaciones traumáticas.
Es un espacio de creatividad y experimentación donde el proceso es lo importante. En la vida diaria los resultados son lo importante. Sin embargo, en la psicoterapia, lo importante es el proceso. Ese proceso por el cual te vas conociendo a ti mismo/a y vas probando nuevas y distintas formas de ser.
La psicoterapia evita decirte quién eres. Al contrario, te ayuda a encontrar quién eres por ti mismo/a. Y eso se consigue mediante métodos como la indagación respetuosa, la presencia e implicación genuinas y la sintonía sensible que consiguen que contactes de forma amable y acompañada con tu interior (con tus pensamientos, sentimientos, sensaciones, fantasías, anhelos, dolencias, expectativas, recuerdos, conductas…) y con tu exterior (roles sociales, patrones relacionales, estrategias de afrontamiento… ), proporcionándote una experiencia directa de quién eres. La psicoterapia no te va a lanzar creencias ni doctrinas, sino que te ofrece formas de explorar directamente tu experiencia.
La psicoterapia puede que no sea un método perfecto, pero sí es una vía suficientemente buena para que te conozcas a ti mismo/a, facilitando, animando y dando soporte al proceso natural de tu desarrollo.
La psicoterapia no es algo que yo (la psicoterapeuta) haga hacia ti (el/la paciente), sino que es una tarea común, de encuentro de singularidades y de experiencia recíproca en un campo que construimos juntos.
La psicoterapia no es un compendio de técnicas que se usan como recetas estandarizadas, ni de intervenciones mecánicas aplicadas de forma automática. No. La psicoterapia tiene que ser creativa, científica y personalizada para comprender y ajustarse a ti.
En la psicoterapia, estableceremos una relación de igualdad, de participación dialógica, de transformación y de creación de sentido. Yo usaré todas las posibilidades que estén a mi alcance para modificar la posición inicial con la que llegaste a la consulta. Quizás sea empezando con tu emocionalidad, o tu raciocinio, o tus sensaciones corporales o tus patrones conductuales. Sabiendo que, al final, todas las áreas serán visitadas. Tú aportarás tu compromiso, tu voluntad y tu conocimiento consciente de ti mismo/a.
El objetivo de la psicoterapia es (re)conocer (hacer consciente lo inconsciente), experimentar (en todas las áreas de tu ser) y soportar (ser capaz de tolerar) la realidad de tu vida. Al re-conocer y acoger partes de ti que repudiaste, ocultaste, negaste o reprimiste (por importantes motivos que ya descubriremos) tu personalidad gana en integración y en cohesión. Una personalidad cohesionada es importante porque reduce la necesidad de usar estrategias defensivas que a la larga inhiben la espontaneidad, la flexibilidad y la creatividad frente a las distintas situaciones de la vida. Ampliar consciencia y conseguir un lugar calmado de permanencia donde acogerte a ti mismo/a son dos de los pilares de la psicoterapia.
La personalidad puede modificarse dentro de una relación significativa ¡nunca en aislamiento! y por eso la relación terapéutica es algo fundamental en la psicoterapia. Ni la cohesión de la personalidad, ni el amarte a ti mismo se consigue a solas. Esta magia solo ocurre en el marco de una relación con alguien significativo. “La clave de nuestro corazón se apoya en el corazón de un Otro”.